Elecciones del 25-N

La noche oscura de Artur Mas

El CIS de la Generalidad de Cataluña, pagado por todos los contribuyentes para disfrute exclusivo de su presidente (igual que el CIS español sólo sirve para disfrute y aprovechamiento del inquilino monclovita), le daba al candidato de CiU y presidente en funciones, Artur Mas, mayoría absoluta en las elecciones autonómicas del 25-N.

Los medios subvencionadamente afectos no le predecían 68-70 escaños, pero no bajaban de 60 y alguno. Pues bien: 50 y gracias. El batacazo de CiU sólo fue superado en porcentaje por el castañazo del PSC, que ha perdido ocho de sus 28 escaños y queda como tercera fuerza política catalana, detrás de la Esquerra y sólo un escaño por delante del PP.

El gran vencedor moral de estas autonómicas ha sido Albert Rivera, líder de Ciudadanos, que pese al vacío mediático nacionalista consiguió triplicar sus escaños, pasando de 3 a 9.

Pero lo que ahora se plantea, ya que el convocante del plebiscito, Artur Mas, se ha negado a dimitir, es sobre qué alianzas políticas con qué mayoría parlamentaria y desde dónde se va a gobernar Cataluña. ¿Desde la sede de ERC? ¿Desde Madrit? ¿Desde Suiza?

El PP al rescate de CiU

La reinvención de Duran Lleida

En contra de toda lógica política pero dentro de una acrisolada tradición histórica, el primero en acudir al rescate de CiU ha sido el PP. Un partido que, como el de Rajoy, disfruta de mayoría absoluta y rentabiliza los tropezones de una oposición que petardea pero no carbura, podría presentarse en el notario para devolverle al partido de los Pujol de Suiza y los Mas de Liechtenstein las humillaciones de estos años. Pero le gusta humillarse -y humillarnos- más que actuar como presidente del Gobierno de España, la nación contra la que ha convocado las elecciones CiU, que por primera vez se ha presentado como lo que siempre ha sido: el motor del separatismo. Al PP le da igual: como los progres que distinguían entre etarras duros y moderados (los de moderados tiros en la nuca), ha reinventado a un moderado llamado Durán Lleida, que se arrastró en muletas a la manifestación por la independencia y respaldó el referéndum separatista pero que dice ahora que no lo hemos entendido bien. Maricomplejines, la enfermera suicida, lo atenderá con mimo. Ella es así: navideña.

Generación de los 'capitanes'

El PSC, hundido e imputado

Las desgracias nunca vienen solas, pensaría Pere Navarro, candidato a palos del PSC, cuando tras perder un tercio de los votos en las elecciones del domingo vio cómo el martes los Mossos trincaban a dos docenas de sus más destacados dirigentes, empezando por el número dos y secretario general Daniel Fernández, continuando por el alcalde de Sabadell y la alcaldesa de Moncada y Reixach (diputada recién elegida el 25-N, como Fernández) y terminando por un montón de concejales y burócratas del partido sin mucha significación política pero con notable relevancia económica.

Porque el poder del PSC en las dos últimas décadas se ha basado en los grandes municipios y en las diputaciones. De ahí sale la generación de los «capitanes»: Montilla (Cornellá), De Madre (Santa Coloma), Bustos (Sabadell) o el propio Pere Navarro (Tarrasa).

Sin embargo, tras dos años de estrecha vigilancia por parte de la policía autonómica, dirigida por Felip Puig y teledirigida por Mas y Pujol, en el propio PSC se piensa que el calvario no ha hecho más que empezar. Y que, sin pacto con CiU, más de uno va a comerse más de un turrón en la cárcel.

Tragedia del Madrid Arena

Más muerte, más escándalo

Tras el fallecimiento de la quinta víctima del Madrid Arena, la comisión municipal encargada de investigar la tragedia suspendió anteayer sus tareas en señal de duelo. Poco duelo ha mostrado y poco tenía que suspender. Diseñada para evitar el desgaste político de Ana Botella y de los responsables de las evidentes irregularidades, la comisión está consiguiendo justo lo contrario de lo que persigue. Cada día se ve a la alcaldesa más superada por los acontecimientos y aparecen más pruebas de negligencia que resulta difícil no denominar criminal. La Policía ha descubierto que Flores metió en el recinto a 7.000 jóvenes más de lo autorizado, nadie llamó al Samur y, ya que no tiene el decoro de dimitir, nadie ha destituido al vicealcalde Villanueva, protagonista de aquella primera y bochornosa rueda de prensa en nombre de Flores -no del Ayuntamiento-, en la que aseguró que habían entrado 7.000 de los 9.000 autorizados, cuando fueron 16.000. Parece imposible haberlo hecho tan horriblemente mal y estar gestionándolo todavía peor.